martes, 21 de octubre de 2008

Cosa seria esto del amor... 1° parte.

Febrero. De fondo, miguel bosé con su tema "te amaré" en el festival de viña del mar. Quizás el más desafinado de todas las veces que les conosco en el mismo festival. Por mi mente y por mi cara una lagrima corría como un niño a las manos de una mamá cuando uno sabe que las cosas no están bien, cuando las cosas no están buenas, cuando los secretos no son muchas veces el mejor aliado. El calor del 2008 era el más horrible que había vivido, pero estaba con un trabajo fijo en el aeropuerto, con todo lo que ello conyeva: dinero, tiempo libre y más cosas. Mi mundo en esos momentos giraba en torno a lo que es el laburo, alguna mina llevadera de mi pena (que nunca fueron, nunca salieron) y que en el fondo estaba un poco decepcionado de todo lo que estaba pasandome, lo que estaba ocurriendome, lo que estaba en esos momentos ocurriendo en mi vida, que estaban llenas de incertidumbres, de sombras, de oscurantismo. A decir verdad, me había transformado en un "leguleyo" de una mujer, de la voluntad de una mujer, de los deseos e insultos de la misma. Estaba con pena por dentro, por lo que ocultaba... en una pieza fría, a pesar de todo el calor que hacía en esos instantes.

Marzo empezaba entonces con una carga llena de sinsabores, llena de rencores impuestos, llena de sinsabores, llena de malas vibras, de poco ánimo, por muy ultimo año que ocurría. Tenía asumido en esas fechas que nada me apuraba, que nada me agotaba y que si las cosas no se daban no me importaba mucho tampoco porque estaba desencantado de todo y de todos. Angel Caído, mi nuevo grupo musical, estaba tomando el vuelo con dos personajes caídos al cariño ajeno y que estaban rebanados por el dolor ajeno, por la traición, por las influencias que se le hicieron a las demás... en fin, tanta cosa, que solo me importaba salir en el momento preciso, en la conjunción de los astros, de la cosa que fuera. Realmente estaba así. Una persona una vez en el colectivo, conocido mío, me dijo que debía ir a verme un psicologo (quizas realmente lo necesite, no sé realmente). Así estaba el asunto. Así de desgraciado.

Pasó marzo, asumiendo un papel que no me correspondía y del cual no era bien correspondido. Y mi cumpleaños, salvo dos personas, lo pasé solo. Creo que con lo justo y necesario. Dios sabe el porqué de las cosas, sabe que es realmente lo que ocurre y lo que pasa. Es sabio... muy sabio. Dentro del mes de febrero y gracias a una invitación de una amiga llamada Barbara, ingresé a una página web para buscar personas. Me topé con muchos especimenes, y vaya que lo eran... cual de todas, cual de todas estaba más desfachatada, más aproblemada, y más angustiada por factor sexo de todas. Era el mes de Abril... y alguien me llamó la atención...

El pelo morado... de educación física... que me haya buscado a mi... despues el cuestionamiento clásico de "la acepto o no la acepto"... y la acepté... le dejé un mensaje para que me devolviera el mensaje, sinceramente, sin mucha fé. Y me lo devolvió.

Dandole vueltas al asunto le acepté en mi msn y bueno, la conversación fluyó. Por el otro lado, las conversaciones estaban estancadas. Y en el medio, había quien quería conversar, pero ya me tenía astiado, chato, aburrido... En el medio un sabado quería que salieramos, lo cual de malas ganas le dije que si... y las malas ganas aumentaron con el correr de la semana... y el sabado las malas ganas se transformaron en MALAS GANAS... que hacer... que hacer...

tilin, tilin... "buenas noches caballero"... lejos la persona más cuerda con las que todas he conversado... Pamela Jessica San Martin Montes... más conocida como "Silencio"... nuestra amistad en MSN estaba más que avanzada y quería conocerla, saber como estaba... en el fondo... realmente que tan Silencio era esta muchacha... y era ese sabado o nunca... estaba recien pagado, recien luqueado... era ideal... no había más que hacer... era salir con ella si o si...

Una excusa barata me bastó para sacarme a la persona del medio de encima... solo un par de mensajes para que salieramos...

Solo faltó una excusa más esa noche... se las cuento otro día...